soy un hombre pero parezco un plato
jueves, enero 25, 2007
no voy a lograrlo

he roto mi nombre,
uno de esos momentos tontos, que te vas a caer y todo eso, las trágicas profecías del apocalipsis mencionan estos tropiezos idiotas. Va uno tan tranquilo subiendo las escaleras y deja caer uno tras otro sus dedos, que toman rápidamente conciencia de ser y fundan una república o algo así, político, hacen programas de televisión, bollería especializada y tal.

al mismo tiempo en otros rincones de esta casa sin esquinas viajan en espiral por las paredes las profecías, como la que decía antes, que te vas a caer. no corras.

el erizo roe una piedra en un rincón, visiblemente molesto y preocupado. es que es búlgaro, me parece.

no sé si conoces ese sonido galáctico de sintetizador de peli de ciencia ficción, o de canción anacrónica. le viene al pelo a este momento.

si me preguntaran diría que lo lamento, que tenían razón, me iba a caer, que lo he roto sin querer. si me preguntan es que son un poco gilipollas, porque está claro que lo he hecho a posta. si me preguntan es porque es preferible saciar la curiosidad con caramelos en lugar sufrir indigestiones de carne cruda.

los pedazos de mi nombre roto huelen muy bien. a lo mejor sólo a mí me huelen bien, como las verdades absolutas que dicen por ahí acerca de los productos propios.
para que luego me acusen los necios de trágico.
2 Comments:
Anonymous Anónimo said...
Sí vas a lograrlo. Aunque he de reconocer que en estos momentos, desde fuera, parece una tarea muy difícil.
Debe ser algo relacionado con la inubicuidad, o la impertinencia o con... cómo se decía?

debe ser algo improcedente, o impertinente, pero desde luego en ningún momento pedestre