soy un hombre pero parezco un plato
jueves, octubre 28, 2004
Como los ojos de una muñeca


"My voice is an inspiration to my friends
and an instrument of torture
to my enemies."
Diamanda Galas


Vuelve a repetir las última palabras de la única persona que vio morir, "tú tranquilo, que de esta no salgo". Y los fantasmas de epitafios famosos, reales y ficticios, merodean por su cabeza mientras continúa de pie frente a lo imposible totalmente quieto.
Con una caja de cartón bajo el brazo y un cuerpo muerto en el suelo. El suelo ajedrezado salpicado de sangre, en los cuadrados blancos gotas rojas, en los cuadrados negros no se puede ver nada, se han bebido toda la sangre derramada sobre ellos.

"Aquí yace quién de tanto correr, también se escapó de esto".

No reacciona, sólo sostiene la caja bajo su brazo y recrea lo que acaba de presenciar una vez tras otra, cada vez más despacio, buscando una pista, un simbolismo, algo que no haga de la situación algo tan demencial.

Llega a su casa y en la puerta hay una caja de cartón marrón sellada con cinta de embalar también marrón. La recoge (pesa un poco) y abre la puerta con la mano que le queda libre. Entra en la casa. Desde la entrada puede ver la cocina, la estancia más grande de la casa. Desde la entrada puede ver la cocina y en la cocina hay una mujer alta y delgada, el pelo le cae sobre la cara ("parece una cortina negra", piensa). La mujer está en pie sobre la punta de sus dedos, tiene los brazos estirados, formando una cruz hasta los codos, que se doblan para formar dos ángulos rectos con los antebrazos. Hay cables atados a sus muñecas, a sus hombros, a su cabeza... es un títere humano. Él no reacciona, todo es demasiado extraño.
Una forma borrosa entra en escena desde la izquierda, imposible distinguir si es un hombre o una mujer, es una figura humanoide totalmente desenfocada. Donde termina una de las formaciones nebulosas que se corresponden con los brazos, brillan unas tijeras de sastre perfectamente claras, visibles y afiladas.
La mujer-títere comienza a tener convulsiones a medida que la nebulosa-tijeras se le acerca. Los cables adheridos a su pelo-cortina se sacuden y por unos instantes él ve uno de sus ojos, completamente abierto, girando frenéticamente como si estuviera a punto de salir disparado. Él no se mueve, sigue en pie con la caja bajo el brazo, pero su vejiga reacciona ante el ojo del horror y se orina encima.
La nebulosa-tijera corta uno de los cables, y el cable suelta un pequeño chillido y se enrolla sobre sí mismo como una cuerda elástica tensada al máximo que fuera cortada. En el momento en el que el cable ha sido cortado, un fino hilo líquido y rojo salta trazando una delgada línea de gotas rojas sobre el ajedrezado de la cocina.
Nebulosa-Tijera corta el segundo cable del brazo y se repite el mismo proceso. El brazo cuelga ahora inerte del hombro de Mujer-Títere, el resto del cuerpo sigue convulsionando cada vez más violentamente, como si fuera a colapsar y desaparecer absorviendo todo cuanto lo rodea. Bajo las cortinas negras una densa espuma blanca cae, deslizándose por el pecho de Mujer-Títere, dejando una mancha oscura en su vestido.
Hasta que no queda más que un cable por cortar la escena se repite, puede oír como rechinan los dientes de Mujer-Títere, el sonido de los ojos girando sobre sí mismos...

Desde este punto podrían pasar dos o más cosas, todas ellas mentira.

El último cable es cortado por Nebulosa-Tijera y el cuerpo se desploma sobre el suelo como un edificio demolido. Y él aún inmóvil con la caja bajo el brazo. Nebulosa-Tijera desaparece y así volvemos al recuerdo de epitafios y palabras de muertos únicos.

En la caja de cartón: una esponja, una fregona, líquido de limpieza. Sosa cáustica, y así, con sus manos, limpia y destruye las pruebas de que lo que ha ocurrido es real.

Pero también podrían pasar más cosas.