soy un hombre pero parezco un plato
miércoles, abril 18, 2007



Ladies and gentlemen, por petición popular iniciamos la conquista con... bocadillos de chocolate!

Petrificado por mi ausencia de inquietud tomo la forma de los rincones para pasar aún más desapercibido. Ahuyentar la evidencia de que existo, en eso consisten mis días, reducir mi materia hasta alcanzar un cierto sentido de nada articulada, de familias de átomos, padres cariñosos e hijos traviesos, débilmente enlazados en una estructura que en el colmo de lo complejo reniega de sí misma.

El aburrimiento es un acuerdo tácito entre todos los que compartimos este tiempo en el que la relación caza-subsistencia ha quedado invertida para siempre, por poco tiempo que suponga eso. Quizás una cadena infinita de sorpresas exorcice esta sensación de que la parte de la vida que resulta realemente interesante se reduce a los cinco primeros minutos en los que haces algo nuevo. Y no seamos ignorantes, que cinco minutos es una medida de tiempo relativa, que nada tiene que ver con 3000, 13200 o cualquier otro número.

En Titán sirenas de arena lloran. Algunos tardan más de la cuenta en morir y otros no deberían morir nunca, una idea que no parece factible explicar y que desconozco si es compartida o no por alguien. Kilgore Trout dejándose morir hace tres años a base de Drano, el 15 de Octubre, no podía ser otro mes. Recuerdo también a un hombre tendido boca arriba con su dedo corazón extendido por encima de sus compañeros apuntando directamente hacia la posibilidad de que algún día, de haberlo, alguien se pase a echar un vistazo sobre todo esto. Y a genios en las manos equivocadas dejando unas monedas de propina a su mujer en el desayuno. Y muchas más cosas.

Hasta mañana, sin saber bien qué estamos contando, pero sin duda aburriendo, y deseando que de algún modo algo sí se preserve cuando la carne se marchita y pueda aprender algo más de él algún día.