soy un hombre pero parezco un plato
domingo, abril 02, 2006

Sueño que estoy en una celda, llevo un mono naranja y delante tengo una bandeja con mi comida favorita. No he probado bocado, mis tripas gruñen por el hambre pero cuando trato de mover los brazos me arden y el hambre es sustituida por la náusea. No puedo ver bien, sólo distingo con claridad una parcela circular de mi campo de visión, lo que lo rodea se deforma constantemente, se enfoca y desenfoca. Antes de que pueda preguntarme qué está pasando entran unos tipos mucho más altos que yo y me levantan por los hombros. Son tan altos que cuando les miro no puedo verles la cara, sólo veo el cuello de sus camisas y chaquetas. Llevan uniforme. Me sacan al pasillo y me lanzan contra una pared. Miro atrás y no hay nada más que un muro, ya no puedo ver mi celda. Me cuesta mover la cabeza, me cuesta mover cualquier parte de mi cuerpo, estoy poseído por la náusea, mis músculos tienen ganas de vomitar. Miro hacia delante y sólo veo el pasillo y al fondo una habitación iluminada. En el centro de la habitación hay una silla eléctrica y detrás de ella tres personas demasiado altas como para verles la cara. El mono naranja que llevo puesto se empieza a encoger y me hace consciente de la forma de mi cuerpo. No hay más puertas en el pasillo, sólo hay paredes. Dar un solo paso en cualquier dirección es imposible porque sólo hay un camino posible. Pero también ese camino es imposible para mí, no puedo lograr recomponer mi cuerpo lo suficiente como para levantarme y caminar. Estoy con una rodilla en el suelo y un brazo apoyado en la pared tratando de levantarme cuando siento un golpe en mi cara. Es un golpe brutal, lleno de crueldad y deseo de hacer daño, escupo sangre y vomito, trato de mover mis ojos para ver quién me ha golpeado pero no veo nada. Estoy solo en el pasillo, que parece medir kilómetros. El muro detrás de mí empieza a moverse lentamente. Quiero caminar por mí mismo hacia la habitación con la silla eléctrica, pienso en medio de un caos mental indescriptible. Pero no puedo, mis piernas se doblan, mi sentido del equilibrio no existe y me ladeo y caigo contra el suelo. Oigo unos pasos cerca de mí pero veo a nadie, y comprendo que sea quién sea me puede ver pero me ignora completamente. Me hago un ovillo en el suelo, tratando de protegerme el cuerpo con los brazos entre espasmos incontrolables. Siento golpes tan brutales como el anterior en las partes de mi cuerpo que no logro cubrir. Cuando muevo mis brazos para cubrirlos, los golpes se ensañan en las partes que ya no cubro. Poco a poco me rindo y trato de enroscarme en mí mismo. Siento algo moverse detrás de mí, es el muro, que ha comenzado a moverse muy lentamente y me empuja por el suelo. Los golpes continúan y no logro acostumbrarme al dolor. Pese al estado de atontamiento siento el dolor como si estuviera perfectamente despierto. El muro me empuja lentamente hacia la habitación de la silla eléctrica. No puedo hacer nada para detenerlo.
Mi compañero de habitación me despierta, dice que estaba gritando como si estuviera ardiendo vivo.
1 Comments:
Anonymous Anónimo said...
sakura