soy un hombre pero parezco un plato
lunes, abril 17, 2006
me ha pasado una cosa hoy
Nadie me va a creer (a lo mejor eso va con segundas no intencionadas), pero tengo que contar lo que me ha pasado hoy.

Hoy, sábado, tenía un turno de nueve horas en la academia en la que trabajo. Hacia las dos de la tarde tenía un descanso de cuarenta minutos, y he bajado a la calle para fumar un cigarro. La academia está en Shibuya, todo lleno de gente como cualquiera se puede imaginar, así que me he metido en un callejón solitario para estar tranquilo. Mientras fumaba, de pie en la calle, una niña de no más de cinco años ha entrado en el callejón. Iba saltando de un lado a otro, muy contenta. Hasta ahí, normal. La niña iba dándole besos a las cosas por el callejón. Le daba un beso al poste de una farola, la miraba, y caminaba dando saltitos hacia otra cosa, un papel pegado a la pared, y lo besaba, lo miraba y seguía caminando hacia dónde estaba yo. Besó de todo, incluso una piedrecita que había en el suelo. Cuando llegó a mi altura, yo me hice el tonto, seguí fumando mirando hacia otro lado, no fuera a cortarle el rollo a la chiquitaja. El caso es que me cogió la mano que tenía libre junto a mi cadera, y me dió un beso en ella. La miré y le pregunté (en inglés, porque me salió solo y aún no hablo casi nada de japonés), que qué estaba haciendo. La niña me respondió en perfecto inglés, era japonesa de los pies a la cabeza, pero me habló en inglés. Me dijo, le doy besos a las cosas feas para convertirlas en cosas preciosas, y me miró.
Debo decir que no me sorprendió en el momento, me sorprendió después cuando pensé en ello, y me sorprende ahora. En aquél momento todo parecía totalmente natural, casi cotidiano. Le pregunté, ¿Y funciona? me dijo, claro, tonto. Y siguió calle arriba dándole besos a las cosas.

Juro que esto es absolutamente verdad, no hay ningún elemento de fantasía ni de invención. Es tan absolutamente cierto que aún me estoy preguntando si realmente ha funcionado.
2 Comments:
Anonymous Anónimo said...
Nadie te cree

Anonymous Anónimo said...
No solo nadie. Yo tb te creo. Lo mismo el suelo se transforma en perlas y te da por comertelas..