mira bien, que cuando golpeaba la adolescencia contra las esquinas las gotas de sangre caían al asfalto y la lluvia las hacía crecer atrapado en mis múltiples abrigos escondido del viento me podía ver alzando mi dedo medio a medio medio mundo y mi culo rebotado y dolorido al otro medio la lluvia entraba siempre en escena en el momento justo: en la puerta del colegio, en la esquina del alcohol, en la tierra del parque la tierra del parque que huele a meados y a cerveza que se confunden en una misma cosa algo que quema para llevarse lejos a los muertos, los que estuvieron vivos y los que llevan la muerte dentro
Imagenes y palabras que calan.¡Qué raro encontrarlas!. Venga, que no quiero hacerte la pelota. (Yo una mujer, pero parezco una vajilla...)